El agua es el primero y el más imprescindible de los alimentos que existen; fuente de vida, vehículo y transporte de nutrientes y, con frecuencia, si no está bien depurada y potabilizada, es vehículo de importantes y masivas transmisiones de enfermedades e intoxicaciones.
Impurezas, sustancias químicas, disolventes, insecticidas, pesticidas, herbicidas, restos de abonos, etc. y numerosos parásitos y bacterias de origen animal y humano, que viven y coexisten en el agua y que a través de ella son conducidas directamente al interior de nuestro cuerpo, con frecuencia nos llegan a través de nuestra cadena de alimentación que a su vez, nos lo pasará a nosotros.
Los alimentos de todo tipo, desde las materias primas a los platos preparados, pueden ser también portadores de contaminantes químicos y biológicos que afecten a nuestra salud llevándonos en ocasiones a daños irreparables.
Bajo la influencia de esta necesidad perentoria, que hoy es una exigencia legal ineludible, nace en el año 1984 Control Alimentario, división de calidad y seguridad de aguas y alimentos de HERLAMS.
Conta se articula en torno a un equipo pluridisciplinar de profesionales (veterinarios, químicos, etc.)